Libros para niños y jóvenes de hasta 120 años.
"La Andariega" funcionará en Mitre 171 en horario de 8 a 12 y 16.30 a 20.30.Permanecerá abierta durante las vacaciones de invierno con actividades de lectura .
Quién fue Javier Villafañe
Javier Villafañe con Maese Trotamundos.
Nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1909. Fue poeta, escritor y, desde muy pequeño, titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres. En 1967, su libro Don Juan el Zorro es objetado y retirado de circulación por la dictadura militar imperante en Argentina. Villafañe decidió entonces abandonar el país y radicarse en Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres para formar artistas de esa disciplina. En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente: con un teatro ambulante recorrió el camino de Don Quijote a través de La Mancha, en España. En 1984 retornó a la Argentina. Fue autor, entre muchos otros libros, de Los sueños del sapo (Hachette), Historias de pájaros (Emecé), Circulen, caballeros, circulen (Hachette), Cuentos y títeres (Colihue), El caballo celoso (Espasa-Calpe), El hombre que quería adivinarle la edad al diablo (Sudamericana), El Gallo Pinto (Hachette) y Maese Trotamundos por el camino de Don Quijote (Seix Barral). El primer día de abril 1996, a los 86 años, falleció en Buenos Aires.
Pablo Medina:padrino de “La Andariega”.
Pablo Medina quien acompañó a Javier Villafañe desde 1984 en sus viajes por el país e investigó su obra será el padrino de este espacio de lectura especializado en literatura para niños. Pablo Medina, nació en la ciudad de Corrientes, es maestro (trabajó en Mesón de Fierro, Chaco) y especialista en Literatura Infantil y Juvenil, creador de “La Nube”, biblioteca y librería del barrio de Colegiales. Arribará a Resistencia el miércoles 25 de junio en el marco del programa Café Cultura Nación.
Nosotros lo vemos seguir, a Javier, en bicicleta
Por Susana Szwarc
Era un día de verano en la casa de Palermo de Liberto Fridman, amigo de añares de Javier Villafañe. Juntos habían empezado en 1935 con La andariega (carromato, pero para mí: una carroza). Y empezaron las andanzas. La recorrida por los pueblos, por las escuelas, por todas partes. Los títeres moviéndose sin descanso (esto es una exageración: de a ratos dormían).
Pero volvamos al día de verano, al diálogo que surgió entre Javier, Liberto, y yo:
- ¿Dónde estarán las moléculas cerebrales?
- ¿Entre las esdrújulas?- y empezamos a buscar esdrújulas, usar alguna en cada frase. Vino va, vino viene como el mate. Hasta que Javier dijo:
- Las moléculas cerebrales están en los libros, en los títeres, en los cuentos que uno ama. Y sí, sólo se tiene compañía y alegría, con lo que se ama.
- Me gustóu esou – contestó el fantasma -como todos sabemos "en lengua de Fantasmería las palabras se pronuncian con un leve acento portugués”-.
Javier Villafañe estaba de nuevo en la Argentina. Había empezado con su maravilloso hacer y dar en su tierra, en un baldío del barrio de Belgrano, en Buenos Aires. Pero en 1967 Don Juan el Zorro - pícaro, meditador que trataba con otros animales, ascendía al cielo, descendía al infierno y volvía a la tierra-, molestó a la dictadura militar de ese momento y tanto el mismísimo Juan el Zorro como su autor, Javier Villafañe, fueron retirados de circulación. Así, Javier, el Zorro y muchos otros tuvieron que seguir con sus andanzas por otros territorios.
Por suerte, pudieron regresar. Javier siguió regalándonos su talento, su dicha de decir, de escribir. Lo podemos leer cada día y festejar su cumpleaños número cien.
Mientras, todas las noches la Giganta le canta a su hijo y los presos se duermen como si acariciaran los barrotes de una cuna y el abuelo baja las escaleras pedaleando para encontrarse con su novia.